Los primeros escritos datan del Siglo XII del químico J. Black
quien incorpora el concepto de expulsión del CO2.
Científicos Franceses del Siglo XIX como Vacié, Debray y
Le Chatelier midieron los datos fundamentales del proceso:
Temperatura de Disociación y la incidencia de la presión en
la calcinación. Hasta nuestros días muchos especialistas han
trabajado en la temática del proceso de calcinación, pero
los aportes fundamentales se han realizado en materia tecnológica,
ya que los aspectos científicos y teóricos siguen vigentes
tal como fueron planteados en el Siglo XIX.
El Carbonato de Calcio se descompone mediante una reacción endotérmica de acuerdo con la siguiente ecuación:
La reacción de calcinación es una reacción de descomposición térmica, ya que gracias al calor aportado el Carbonato de Calcio se descompone para dar como producto Óxido de Calcio y Dióxido de Carbono.
Para que la calcinación se lleve a cabo deben concordar tres factores:
1. La piedra debe ser calentada hasta la temperatura de disociación de los carbonatos.
2. El piso térmico debe ser mantenido durante un cierto lapso de tiempo.
3. El gas carbónico que se genera, a partir de la disociación, debe ser removido de la zona donde se genera.
La ingeniería ha desarrollado muchas formas de hornos para distintos tipos de calizas o dolomías, que los podríamos dividir, inicialmente, en dos grandes grupos:
- Hornos de doble cuba
- Hornos de una cuba
Contamos con 2 (dos) hornos de doble cuba de 300 TPD cada uno. Se denominan PFR (Flujo Paralelo Regenerativo). Estos hornos generan una cal viva de alta reactividad utilizando un mínimo de combustible y emitiendo 0 (cero) ppm de material particulado, siendo la tecnología más avanzada del mercado mundial.